Elena vuelve a la casa de la infancia, La Leonesa, un establecimiento de ramos generales en la Patagonia, para enterrar a su madre. Ese espacio será el escenario en el que las voces de siete mujeres van entretejiendo una historia común que se extiende a lo largo de más de un siglo. “Sigo tomando apuntes. Me parece que empieza a asomar un atisbo de idea. Trabajar sobre historias concretas de mujeres. Superponer los itinerarios migratorios, de Europa a Buenos Aires, de Buenos Aires al interior, Patagonia, de Chile a Argentina… Lo pienso como una partitura, hay pausas, desplazamientos de sonidos, los barcos, los trenes, los aviones, los pies. Un acorde, Colette, la francesa, un silencio, la estancia, la geografía, otras notas, la huelga de los inquilinos en Buenos Aires, la mujer que parió nueve hijos sola, pausa, los suburbios de las grandes ciudades… Una estructura cíclica o con la cadencia de la marea, sube y baja, pero nunca se detiene…”